No hubo espacio para sorpresas. No hubo espacio para ponerte al borde del asiento como sucedió en los cuartos de final. Argentina y Francia, si, con un poco de sufrimiento, pero también con solvencia pasaron a la final sin mayores contratiempos y se enfrentarán el domingo en el estadio Luzail por la gloria mundial. Ambos, buscando su tercer título, los franceses buscando convertirse en el tercer equipo en la historia (primero desde 1958-62) en repetir como campeones mundiales.
De la mano de Lionel... y de Julián.
Argentina sigue en carrera. La selección albiceleste ha ido de menos a más, y ha sabido lo que es jugarse una eliminación directa desde el partido contra México, donde llegó con la urgencia de ganar para no ver comprometido el primer lugar de grupo (Qué diferente hubiera sido llegar a este punto en el otro lado de la llave). Y lo han sabido resolver, y han jugado mejor cada ronda... pero no han estado exentos de polémica, y de esa gente que afirma que el mundial está arregado.
Con un ambiente previo al partido fue muy diferente a lo que pasó en la previa de los cuartos de final ante Países Bajos, se sabía que Croacia era un viejo lobo de mar que podría complicar mucho a una Argentina a la que le había costado cerrar los partidos y que había sufrido demasiado en las rondas previas por no definirlos en tiempo regular.
Croacia había derrotado a Brasil, y lo hicieron basados en un gran orden defensivo, en la capacidad para sufrir y el saber cómo sobreponerse a situaciones adversas. No iba a ser fácil, y así lo hicieron ver durante los primeros 20 minutos, cuando entre Kovacic, Brozovic y Modric tomaron control del medio campo e impusieron condiciones. El partido estaba justo donde los europeos lo querían y Argentina no encontraba los espacios. Les habían cortado los circuitos con solvencia, y los hicieron sufrir con la presión alta, como lo hicieron los árabes.
Pero un momento de luz (y una polémica más) cambió el partido. Pasando los 30 minutos de juego, Perisic tomó el balón en el área y quiso disparar, pero su tiro se fue por encima del arco de Martínez. ¿Era córner? la trayectoria del balón y los reclamos del croata así lo hacían pensar, pero "Dibu" se apuró a poner el balón en juego. La pelota llegó a Enzo Fernández que encontró espacio entre Julián Álvarez y los centrales. Puso un balón preciso para que el jugador del Manchester City entrara al área, adelantara el esférico y terminara chocando con el arquero Livakovic. Penal discutible (para muchos no era). Dos claras polémicas que el VAR pasó por alto, porque mínimo eran para meterle la duda al silbante italiano Orsatto. Pero el videoarbitraje no apareció y Messi cobró el penal con mucha seguridad para finalmente vencer a una de las figuras del mundial. 1-0 ganaba Argentina con mucha polémica.
Dicen que los campeones aprenden a definir los juegos en los momentos claves, y que huelen sangre cuando el rival se tambalea. Un tiro de esquina favorable a Croacia se convirtió en el segundo gol argentino en un gran contragolpe, sí con cierta fortuna, pero definido más por la convicción de un Julián Álvarez (Mejor jugador del continente en 2021) que está enchufadísimo. Luka Modric cobró en corto y fue el propio Álvarez que cortó el centro y salió como saeta hacia la otra portería. El centro croata fue cortado por De Paul con la cabeza. Messi no alcanzó a controlar, pero punteó el balón lo suficiente como para que le llegara a Álvarez, que se convirtió en una pared móvil, porque rebotó la barrida de Lovren y la de Juranovic para fusilar a Livakovic. Un tractor el ex jugador de River.
Esa anotación fue el tiro de gracia para una Croacia que finalmente mostró las huellas de los dos partidos anteriores, donde jugó al límite y llegó a la tanda de penales. Los croatas no tuvieron reacción, y el segundo tiempo transcurría sin inconvenientes para la albiceleste, que cabalgaba tranquila a su segunda final en 8 años. Pero Messi tenía guardado un truco más. El astro argentino controló pegado a la banda de la derecha, condujo y burló a Guardiol, a pura potencia entró al área y tiró una diagonal retrasada a Álvarez que disparó y anotó su segundo gol en la noche ante la fiesta de los 60 mil argentinos que coparon el Luzail, y ante los aplausos del propio Ronaldinho.
Hay ilusión en el país sudamericano que se ha volcado a las calles a festejar, pero que sabe que le queda el escollo más difícil de todos: El campeón del mundo.
Francia 2-0 Marruecos. Los campeones, con solvencia a la final.
Nlo hubo espacio para la sorpresa, aunque Marruecos rozó la hazaña. Esta vez la suerte no estuvo de su lado, porque entre la falta de contundencia, un par de grandes intervenciones de Lloris (que está teniendo un gran mundial) y el caprichoso poste, no pudo meter el balón en el arco del campeón del mundo.
No fue fácil para Francia que, fiel al estilo que ha mostrado a lo largo del mundial, ha sido eficiente. Encuentra el primer gol muy rápido, recula y juega al contragolpe, y encuentra el momento justo para acelerar un poco y matar el juego. Así le funcionó con Inglaterra, así le funcionó la noche del miércoles.
Muy pronto en el juego Varanne filtró un buen balón a Griezmann, que tiró una diagonal para Mbappé, quien, tras una serie de rebotes, logró disparar pero el tiro pegó en Dari que desvió el balón para que un atentísimo Theo Hernández llegara a rematar para enviar al fonto y marcar el primer gol que habían recibido los marroquíes en el torneo (solo habían recibido un gol, pero fue un autogol). A los 5 minutos el campeón del mundo tenía ya la ventaja y todo el partido para manejarlo.
La incógnita ahora sería ver cómo iban a reaccionar los africanos con el juego en contra, porque no es lo mismo defender un 0-0 o un 1-0 y contragolpear, que tener que ir a buscar el partido. Pero no solo eso, sino que su capitán Roman Saïs acusó de recibido el esfuerzo de las rondas previas y tuvo que salir del campo, porque sus músculos ya no dieron más.
Pero Francia los dejó jugar, y Marruecos lo aprovechó, y generó peligro. Primero con un disparo de Unai desde fuera del área que lloris desvió de gran forma a tiro de esquina. Después una chilena espectacular de El Yamiq al cierre del primer tiempo que alcanzó a desviar ligeramente el meta francés, suficiente para que el disparo pegara en el poste; y finalmente con una gran intervención de Konaté, que interceptó un balón en el área chica antes de que El Nesyri lo empujara a las redes.
Francia también tuvo las suyas en el contragolpe. A Giroud se le fue el gol en un par de ocasiones muy claras: primero le pegó al poste cuando Bounou ya estaba vencido, y luego no atinó al marco sin portero y echó su disparo por un costado. Pero los campeones del mundo tienen muchos recursos, y en uno de ellos, Mbappé dribló dentro del área y disparó. Su disparo fue desviado por la defensa marroquí, pero en el rebote, un muy atento Kolo Muani envió el balón al fondo para decretar el 2-0 definitivo.
Francia accedió a su cuarta final desde 1998 y podría contar en el partido con el actual balón de oro: Karim Benzemá, quien tuvo que abandonar Catar antes del inicio de la copa por una molestia muscular, aunque no fue dado de baja de la lista, por lo que podría volar de regreso y ayudar a sus compañeros.
Francia y Argentina tendrán su duelo de revancha muy pronto. Hace 4 años, los franceses eliminaron y golearon a los argentinos por 4-1 en los octavos de final, camino a su segundo título mundial. Esta vez parece que será un poco más parejo el encuentro, porque los albicelestes no son el mismo equipo de Rusia.
Un partido sumamente interesante el que tendremos como punto final a este mundial.
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